Y resuelto a detallar las mil y una noches en tan pocas líneas, me predispusé; sin embargo, acontecimientos antelados a la escritura condicionaron de manera grosera y emotiva mi redacción. En un vaivén de recuerdos, casi casi a punto de un surmenage, y aun convaleciente por la pasajera gripe, decidí pues bien dar un dialogo con Freud. Era una reunión muy amena, Watson preguntaba y Freud muy cordialmente respondia y viceversa, entre tanto el tema de conversación era muy variado, finalmente ambos llegaron a una convención: Hablar de las relaciones amorosas pasadas.
Al darse inicio de tan magistral disputa, Freud comentó lo siguiente: - Considero, mi estimado Dr. Watson, que no debería llamarse decepción amorosa a cuanto fallido intento de mantenerse toda la vida con una persona.
- Exponga su argumento, dijo el Dr.
- Bien, el amor, sentimiento bastante inverosimil y hasta fraudulento algunas veces, no tiene propiedad alguna más que su propio significado le asigne, por tal y cual, el amor, en consecuencia, no tiene por que conllevar a una decepción, mucho menos a un arrepentimiento, y peor aun a un odio.
- Disculpe Ud., pero considero en parte su argumento pero en parte la niego y la descarto. El amor al igual que el odio, son sentimiento, que por antagonismo tienden atraerse mutuamente, es posible que alguien que ame, luego pierda la compostura y subitamente odie.
- Descarte tal teoria Dr., y mire Ud.: El amor no da felicidad, el amor no da alegría, el amor no da tristeza, siendo objetivos, el amor no da nada, solo es un condicionador, con el cual muchas veces se nos facilita las cosas u puede complicarnoslas, pero debe tenerse en cuenta que sea cual sea el uso, no debemos exeder a su semantica.
- Lo dice Ud. pues sus experiencias le hacen decir esas palabras.
- Acaso su experiencia no?.
Ambos pasaron de las definiciones y argumentaciones a dialogos más intrincados para un época que no les correspondiese.
Watson narraba:
Recuerdo que cuando tuve 12 años, sentí mucha atracción por una niña, un tanto mayor que yo, y por el cual no debería decirle niña, pero me causa ternura su recuerdo. Fue la primera sensación tan extraña que surgió en mi ser. Nunca hablamos directamente pero sí hubo un acercamiento surreal, luego paso casi un año y vino algo ya más avanzado en cuanto a trato, una relación bastante sexual, pero no llegando a extremos, fue grandioso, solo encontrarnos para eso, fue un par de veces pero basto para identificarme y reconocer que tal mal no estaba. Paso ya despues de ello si más tiempo casi a los 16 años, con una persona especial diriamos, mujer obviamente, nunca se llego a consolidar, era otra ves algo sexual, no necesariamente coital, pero si sexual, sin embargo casi en ese mismo año diriamos, me acerque al amor, no sé cómo ni por qué pero puedo decir que estuve cerca, sin embargo, así como vino, así se fué, y bueno digo que estuve cerca pues si me chocó, fue una epoca de un cambio radical, fue ir del cielo al infierno sin parada en el purgatorio, rechazé mil veces todo sentimiento, y me lo negue a mi mismo, sin embargo, cuando ingrese a la universidad, en el 1º ciclo nomás, otra atracción, aunque fue expectorado y excretado casi inmediatamente que me sentí mal, me devalué, y juré no obedecer más a mis instintos, sin embargo la pasaba muy bien en otros lugares............que lugares.
Pasó el tiempo y pesé a todo pronostico, pese a dañar suceptibilidades, pesé a engañarnos tontamente, surgió a lo mejor esta vez si el amor. Iva bien, como decia un imberbe, nunca tanto, siempre poco, al menos trataba de adaptarme, me costo trabajo pero resultó, sin embargo, una jugada propia que no calcule bien las consecuencias, me hizo salir corriendo de aquella banca.....parajodas de la vida, se inicio en una banca y se termino en una banca, no fue la misma banca, pues los sujetos tampoco fueron los mismos que se sentaron en dichas bancas.....fue un choque frontal y sin cinturon de seguridad.......aturdido camine hacia mi paradero, reconocí la sensación de querer llorar, sin embargo la supe burlar a perfección, cogi mi celular, encendí las canciones más pesadas del Heavy Metal, colgue los audifonos de mis oidos, y subí el volumen, me atragante con dos toffees y caminé. Fue tan raro ese andar, veía y no reconocía, solo pensaba y pensaba por que.......por que si y por que no, por que no y por que sí. Fue deprimente, fue la caminata más deprimente que había tenido en mucho tiempo, pues si ya había tenido un par de esas caminatas pero jamás imagine una de tan gravedad y de tales consecuencias, totalmente improbables. Al pasar de los días jugue con mis sentimientos, los burlé y los conduje a lugares remotos, y los dejé ahi, para que mueran de la mejor de las compañías, la soledad. No he sufrido ni he llorado, solo quede acomplejado y un tanto inquieto, a lo mejor confundido. Me dio pena y luego me quize arrepentir de lo vivido y odiar, pero no pude, no quize, y no lo hize. Solo si me decepcioné de tales personas, en total, en general. No escatime en consecuencias, y aun guardo esa decepción. No hubo errores, no hubo culpables, y claro no los hubo por que ella jamás sintió en misma forma que yo, por que ella era "A" y yo @, similares pero no iguales.
Deje pués que el tiempo haga su papel, y digo, aún cuantas cosas más por vivir me esperan, pero deben de saber, que estoy preparado, a lo que sea, a ganar o perder, el exito o fracaso, vivir o morir, pues esa es la dichoza vida, es un antagonismo constante, fluctuante y al cual, así nos querramos desligar, en algun bando te has de quedar. Aún así estoy preparado a seguir fluctuando.
Freud, quien no había intervenido, por la fuerza con la que Watson habló, que solo atino a decir, es Ud, tan igual a mi, aunque la historia lo niegue, y nuestros pseudo seguidores, nos hagan dependientes de sus conceptos.
Con un abrazo Freud consoló a Watson quien había quedado en el mundo del recuerdo, del porque, de la mente, de esa mente que él luego negará.
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