jueves, 16 de abril de 2009

Mis lugares favoritos

Siento nostalgia hablar sobre ciertos lugares, puesto que existe un vinculo afectivo que me hace sentir de una forma ya pre determinada. En sí tengo preferencias por muchos lugares, de los cuales son solo 3 los que describiré y daré en medida el motivo por que de ese favoritismo.

Bien, el primer lugar se halla frente al mar. Existen multiples significados que pueda tener el mar, las olas, la brisa, la arena, el sol, o la lluvia; sin embargo para mi guarda un único significado y es que me recuerda que no llegue a este mundo solo. La soledad es una condición y a la vez un instrumento, en medida que como condición somos suceptibles de sentir soledad ya sea física o afectiva, e instrumental de modo que nos permite adaptarnos a nosotros mismos. Siguiendo el curso de la narrativa a la cual me debo en esta ocasión, el mar es un complemento de mi personalidad, de mi psique, de mi conducta, de lo visible-mente. Yo nací un miercoles 9 de febrero de 1988, en el Hospital Rebagliati, hora aproximada las 2 a.m. Conocí a mi madre el mismo 9 de febrero pero ya de día. Varios meses después, exactamente en noviembre estaba pronosticado el alumbramiento a mi hermana. Sin embargo, el día de felicidad y jolgorio, se transformo en un día ido, un día sin termino, un día de dolor, de desesperanza, de tristeza, un día de gritos en el abismo. Mi hermana no resistió, sacaron de mi madre a un ser sin vida, y yo, yo estaba en mi dulce cuna, sin saber el porque del llanto de mi madre, de la desasón de mi padre. El mar me recuerda que no me encuentro solo, que tuve alguien a quien celar, a quien querer y amar, alguien con quien crecer junto, es parte que de mi jamás conoceremos murió el día en que ella también murió.

El segundo lugar se halla debajo del departamento de mi mejor amigo. Ese lugar lo tengo frecuentemente presente, y es que debo reconocer fue un lugar bastante improbable para una declaración, si bien es cierto no fue la primera, pero es la cual recuerdo con bastante aprecio pues, no recuerdo exactamente las palabras que me dijo y que yo dije pero me encanto el acto en sí...un beso lleno de nerviosismo, mostre mi fragilidad y ella mostro su un tanto crecida experiencia. Un lugar aparentemente simple que tiene un alto nivel de significancia para mí.

El tercer lugar y considero el más profundo. Es un banca, en realidad son dos que forman una especie de forma circular, digo que es una pues, en una nos sentamos. ¿Quién se sento conmigo? Para que responder algo que asumo sabrán. Era mi otro complemento. Complemento que me causó una gran impresión cuando la conocí, sin embargo nunca pretendí acercarme, me consideraba lejano de su mundo, de su circulo inmediato, sin embargo no le perdí el rastro, me mantenia indirectamente informado acerca de ella, de sus gustos, de su estilo de vida, de su personalidad, muchas de estas cosas las saciaba tan solo con observarla desde lejos. Era incríble la sensación que me cusaba verla, hablar, sonreir, correr. Cuando quizé acercarme, gracias a mi observación descubrí un admirador competente, el cual aparentemente estaba mucho más cerca de ella pero a la vez lejos. Mermé entonces mis ganas y ansias de acercarme, dirigí mi vista hacia otro punto, pero su cuerpo es un imán a mis ganas, a mis pensamientos, a mi visión, a mis afectos. Y fue entonces que sin querer consciente me acerque pero no de forma tipica, sino inhabitual, inusual, rara, y obedecía solo a mi psicomotricidad cuando hablaba con ella. No imaginaba hasta que punto llegaría ese todo. Me alié con el enemigo, era un juego peligroso, una estrategia que yo no había planeado, cuando desperté me hallaba dentro de un circulo al cual yo mismo descalificaba, pero ella era parte de eso y me dije: Si lo intento puedo salir muy dañado, pero si no lo hago no tendré el placer de dicho daño, y lo hize. Dia a día poco a poco, noche a noche, palabra a palabra, era un escalar constante hacia la cima de una montaña no dificil pero si alta. En esa banca, pasarón dos cosas, completamente antagonicas, pero hoy en día me hago la idea de que son complementarías y por así decirlo cumplen cierto determinismo. Una noche, con vientos de un verano agonizante, sentados los dos, cuerpo a cuerpo, uno al lado del otro, recosto su cabeza y su ser sobre mi hombro, y yo sentí deseos de besarla, no me importaba nada más, no me importaba si eso funcionaría o si no. Solo queria besarla, abrazarla, amarla. Entonces pregunté sin temor, algo inusual, ¿Te puedo besar? a lo cual ella respondió: Interpreta. Mi pensamiento a veces veloz, y a veces lerdo, me impulso y me sugirió creo yo (convencidamente) la mejor respuesta que he dado en mi vida, al menos hasta ahora: Eso es un si. Y la bese, la bese con fuerza y con ternura, como el beso de un niño a su mejor amiga. Y sentí como sus labios se acoplaban a los mios y sentí su historia y sus sueños. Y ahí comenzó.
La otra parte del recuerdo de dicha banca, fue la culminación de todo lo que ya he narrado. Llegue a ella en gran parte por mi elocuencia, y me aleje de ella en gran parte por mi insensatez.

Existen más historias detrás de esos lugares, pero el tiempo apremia y debo culminar por hoy esta obra.

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